El Grau de Valencia

Por Jesús Moya Casado

     Tal día como hoy 27 de mayo del año 1249, Jaime I, por medio de un Privilegio Real, otorgó a quienes ya tuvieran alguna clase de terrenos en el Grau de Valencia ciertas ventajas para que pudieran construir casas de obra sólida.

El Grau de Valencia.

     La palabra Grau puede ser similar a “escalón” en castellano. En su origen el Grau fue un pequeño muelle realizado con estacas de madera clavadas en la arena que servía para el desembarco de personas y mercancías en la costa valenciana, pero que con frecuencia el azote del mar desbarataba.

     El 27 de mayo de 1249 Jaime I concedió lo que se podría considerar como Carta Puebla a esta nueva población que, en un principio, se denominó "Vilanova Maris Valentiae" (Villanueva del Mar de Valencia).

     Sobre la base de una mínima población previa, en la que ya había algún tipo de edificación estable, Jaime I consolidó ciertos asentamientos con la intención de controlar el territorio.

     En el Llibre del Repartiment se mencionada en bastantes ocasiones a Vilanova del Grau con concesiones anteriores a esta fecha. Concretamente el 25 de abril de 1239 el rey otorgó a un tal Amet Alculleri, musulmán, “domos quas habebat in Vilanova”. Es decir que el rey otorgó a un musulmán una casa de obra sólida construida antes de la repoblación cristiana.

     Diez años más tarde, el 27 de mayo de 1249, por medio de un Privilegio Real, Jaime I, se dirige a los que ya tenían algún tipo de terrenos en el Grau, concediéndoles algunas ventajas para edificar casas de obra sólida.

     Entre los años 1238 y 1249 Jaime I comenzó a edificar un muro en la Vila Nova aprovechando tierra y piedras de un solar cercano, utilizándolo como cantera. Con la construcción de este muro el rey concedió a los que desearan edificar (si ya poseían solares, barracas o chamizos provisionales) aprovechando los materiales de ese solar-cantera que él mismo estaba utilizando para edificar el muro.

     Aprovechando la cercanía al mar, a mediados del siglo XIV se comenzaron a levantar las Atarazanas o naves donde se construían los barcos tanto de pesca como los necesarios para la guerra o el comercio.

     En las imágenes vemos en primer lugar el célebre cuadro “Embarque de moriscos en el Grao de Valencia”, pintado en 1616 por Pere Oromig. En el mismo se puede ver la fortaleza defensiva levantada sobre la playa al norte de la desembocadura del río. Ya en época musulmana existió cerca de esta otra pequeña fortaleza que controlaba esta porción del litoral y en 1277 el rey Jaime I mando construir esta torre/baluarte con la misma finalidad. La torre y el baluarte estaba equipada con un cañón, dos culebrinas grandes y una mediana. Venían cada noche 40 vecinos de la ciudad de Valencia a hacer guardias hasta que se dotó con una tropa de infantería permanente, también contaba con un artillero, que pagaba la ciudad de Valencia, y dos atajadores de a caballo. En 1850 fue vendido a un particular y demolido en 1855.

     Después podemos ver una imagen del puerto de principios del 1900.

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