María Sabina Suey

Por Jesús Moya Casado

     Buenos días a todo el mundo. Tal día como hoy 21 de julio del año 1936, después de celebrarse la Santa Misa, María Sabina Suey salió de la Catedral llevando el Santo Cáliz a su domicilio en la calle Avellanas. Tres horas después las turbas incendiaron la capilla y su contenido. En casa de los Suey estuvo a partir de ese momento. El 8 de agosto hubo un conato de registro de milicianos, que resultó frustrado. Lo escondió entonces, disimulado en un armario, don José Cortés Díaz, ayudado por su hijo Salvador, el cual sería asesinado semanas después. El 29 de agosto hubo otro registro, en el que no encontraron la sagrada reliquia. Viendo el peligro que corría el Grial, se llevó a casa de Adolfo Suey, hermano de María, en la calle de Pelayo ocultándolo en un sofá. Aquí se sufrieron otros dos registros, y el 30 de enero de 1937 vuelve a la calle Avellanas y se decide llevarlo a Carlet el 20 de junio del 37, a una casa de los Suey, habitada por Bernardo Primo Alufre

     El 30 de marzo 1939 las fuerzas republicanas dejaban Carlet y el canónigo Elías Olmos, que se hospedaba en casa de las hijas de María Sabina, donde estaba escondida la reliquia del Santo Cáliz, entregaba la copa a la Junta Recuperadora del Tesoro Artístico Nacional, que lo reintegraba al Cabildo Metropolitano el Jueves Santo 9 de abril siguiente, en la Lonja valenciana, pues la Catedral estaba profanada y destruida.

     En las imágenes podemos ver el momento de la entrega del Santo Caliz, sofá donde estuvo escondida la reliquia y fotografía de Adolfo y María Suey.

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