In Memoriam. Doña Mercedes Beltrán Sanz, mecenas de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Xert.

Por Juan Antonio Micó Navarro

        El pasado día 3 de junio de 2003 falleció en su casa de Vinaròs, a la edad de noventa y cuatro años, Doña Mercedes Beltrán Sanz, quien durante su dilatada existencia demostró un constante amor a Xert. Todos los años asistió a nuestras fiestas patronales, especialmente a la misa solemne que el día 15 de agosto celebra la parroquia, en honor de la Virgen de la Asunción y tan sólo la debilidad física de sus últimos años nos privó de su presencia en día tan señalado.

        Incluso, tras su muerte, ha querido descansar en su pueblo natal, en nuestro cementerio, en un panteón que creó junto a su esposo Don Francisco San Miguel, a quien supo inculcar el amor que sentía por Xert. Y aunque, como veremos, ambos tienen el privilegio, concedido por el que fue obispo de Tortosa Don Manuel Moll y Salort, de ser enterrados en el recinto de la Nueva Iglesia que donaron, Doña Mercedes ha preferido descansar junto a sus familiares, rodeada de sus convecinos, como una xertolina más, renunciando a un derecho al que, por su generosidad, se hizo acreedora.

        Quizá las generaciones más jóvenes desconozcan quién fue ni lo que debe Xert a Doña Mercedes y a Don Francisco San Miguel y por ello hemos creído justo recordar los trazos vitales de ambos y su generosidad con la parroquia que es, por tanto, con todo el pueblo.

        Para ello hemos contado con la desinteresada colaboración de Don Francisco y de su sobrina Carmen Carballedo Beltrán, que nos han facilitado datos de la trayectoria humana de doña Mercedes y fotografías del álbum familiar.

        Así mismo hemos utilizado documentos del Archivo Parroquial de Xert, de los Libros de Actas del Ayuntamiento, para lo cual hemos recibido toda clase de facilidades de mosén Tomás Pallarés Carceller y de Benita Beltrán y Teresa Beltrán. Por último hemos recurrido a la obra de mosén Miguel Segarra para ver el estado de “l´Església Vella” al finalizar la Guerra civil (1936-1939) y a la historia oral, a través de Juanita Beltrán, cuya prodigiosa memoria nos ha permitido reconstruir el lento pero imparable proceso de traslado de la parroquia desde la parte alta hasta el llano, que finalizó con la construcción del nuevo edificio.

1.  Datos biográficos.

        Doña Mercedes Beltrán Sanz nació en Xert a las tres de la tarde del día once de mayo de mil novecientos nueve. Era la segunda hija del matrimonio formado por Miguel Beltrán Monfort y Balbina Sanz Blasco, ambos naturales y vecinos del pueblo.

        Fue bautizada en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción (la actual “Església Vella”) el día dieciséis de mayo de dicho año por el cura párroco mosén Ramón Castells, imponiéndole los nombres de Mercedes, Carmen, Angelina. Fueron sus padrinos Brígida Reverter Sanz y Juan José Adell Gimeno, según consta en el libro de bautismos de la parroquia.

        Dos años más tarde su padre se trasladó a la ciudad norteafricana de Melilla, enviado como representante por la casa de máquinas de coser Singer. Allí se desplazaría Doña Mercedes junto a su madre, Balbina Sanz en 1912, quedando la hermana mayor, Julia, con los abuelos en Xert y reuniéndose con sus padres unos años más tarde.

        La familia permaneció algunos años en Melilla, donde nacerían dos nuevos hijos: Tomás, que falleció a los pocos meses y Carmen en 1916 a quien siempre estuvo muy unida Doña Mercedes. Ambas estudiaron en el colegio melillense de la Virgen Niña, de donde les vendría una gran devoción por esta advocación, cuya imagen regalaría a nuestra parroquia y está situada en la primera capilla de la derecha de la nave central. Es una talla en madera, obra del escultor catalán Rius, hijo del que realizó la magnífica talla de Nuestra Señora de la Asunción que preside el Altar Mayor.

        Como consecuencia de la inestabilidad política que se vivía en el norte de Africa, con motivo de la Guerra de Marruecos (1909-1927) y en especial tras el desastre de Annual, ocurrido en 1921, en el que las tropas españolas sufrieron una considerable derrota contra los marroquíes, con la muerte del general Silvestre que las comandaba y 8.000 soldados, a consecuencia de la cual la ciudad de Melilla estuvo a punto de caer en manos enemigas, la familia Beltrán Sanz se trasladó a la península, en concreto a la ciudad de Valencia. Aquí permanecieron tres años y en ella nació la hija más pequeña, Lola.

Mercedes Beltrán Sanz.

        De Valencia regresaron a Xert por algún tiempo y en 1927 se instalaron en Madrid. Doña Mercedes tenía entonces dieciocho años y como puede apreciarse en la fotografía que acompaña este trabajo, era una mujer de extraordinaria belleza. Esto, unido a una innata y natural elegancia, le permitió convertirse en modelo de una prestigiosa firma de alta costura francesa, lo que en aquella época de “glamour” de la alta sociedad madrileña, le posibilitó entrar en contacto con un selecto círculo compuesto por la nobleza y la alta burguesía, llegando a desfilar ante la Reina Victoria Eugenia.

        En 1930 la familia se trasladó a vivir a Barcelona, ejerciendo también Doña Mercedes de modelo de alta costura. Allí conoció a Don Luis Coromina Martorell, importante industrial catalán, fundador de la empresa Coromina Industrial S.A., dedicada a la fabricación de anhídrido carbónico (CO2), con quien contrajo matrimonio en la parroquia de San José (Santa Mónica) de Barcelona el 12 de marzo de 1932.

        Doña Mercedes, desde su aventajada posición social y económica, nunca dejó de amar a Xert y prueba de ello es el edificio que levantó en esos años en el paseo de la Independencia número 19, cuyo plano realizó un arquitecto catalán y del cual se aprecia aún parte de los bellos esgrafiados de la fachada primitiva.

        Algún tiempo después de quedar viuda de Don Luis Coromina, Doña Mercedes conoció al ingeniero industrial y químico Don Francisco San Miguel Nubla, natural de Barcarrota (Badajoz) con el que contrajo matrimonio el diez de enero de 1952, en la parroquia de San Ildefonso de Barcelona. Podemos afirmar que Don Francisco ha sido el profundo y gran amor de Doña Mercedes, pues su unión ha durado cincuenta y un años y sólo la muerte ha podido separarlos.

        Ambos crearon, junto a otros familiares, la empresa denominada “Mármoles Iberia”, dedicada a la comercialización del mármol de Xert, la explotación de cuya cantera, propiedad municipal, fue adjudicada por el Ayuntamiento a Julia Beltrán en 1960, según consta en los Libros de Acta sede dicha institución.

        Pero lo que más hemos de agradecer a Doña Mercedes y a su esposo Don Francisco es su generosidad con nuestra parroquia, pues en 1962 costearon a sus expensas el nuevo edificio parroquial y han continuado contribuyendo, a lo largo de estos años, a su mantenimiento y decoro. Así, recientemente, regalaron una valiosa alfombra de considerables dimensiones, realizada en la Real Fábrica, que ocupa los escalones de acceso al presbiterio del edificio.

2.  La parroquia de Xert tras la Guerra Civil (1936-1939): necesidad de un nuevo edificio.

        Al finalizar el conflicto bélico, la parroquia, ubicada en la actual “Església Vella”, había quedado en muy mal estado, en especial en cuanto a los materiales necesarios para desarrollar con una mínima decencia el culto religioso. Habían sido destruidos los altares barrocos del siglo XVIII, el órgano, desmontadas las campanas, incautadas las piezas de orfebrería y quemada la mayor parte del Archivo Parroquial, en el cual se conservaban, según un inventario realizado con anterioridad al conflicto por Ibarra Folgado, además de los documentos correspondientes a la construcción y mantenimiento del edificio y funcionamiento de las distintas cofradías y beneficios, cuarenta y seis volúmenes de protocolos notariales de los siglos XVII y XVIII.

        A las pocas semanas se hizo cargo de la parroquia mosén Miguel Segarra, el cual había sido párroco con anterioridad, quien tuvo que adecentar rápidamente el edificio y ponerlo en funcionamiento. Así, siguiendo la descripción que nos presenta en su Historia Eclesiástica, podemos seguir el proceso de restauración y recuperación de parte del patrimonio disperso, en una época de escasez y penuria económica, la cual no permitía pensar en grandes proyectos:

        “Lo primero que se hizo fue construir el Altar Mayor. Es éste de mampostería y de ningún mérito. Se construyó con rapidez al principio de la liberación para poder celebrar con alguna decencia el Santo Sacrificio de la Misa y demás funciones litúrgicas. Está separado de la pared frontal y apoyado en cuatro columnas, por cierto bastante toscas. No se ha construido retablo y como fondo del altar se ha pintado todo el lienzo de pared frontal de una destacada aunque sencilla aureola y en el centro de ella se ha colocado, sobre una pequeña repisa de madera pintada, la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, titular de la Parroquia. Esta imagen y la de San Roque, colocada en una hornacina practicada en la pared en donde antes tenía su retablo, ambas de cartón-piedra, fueron costeadas y escogidas por el Ayuntamiento.”

        Respecto a las piezas de orfebrería mosén Miguel nos informa:

        “También debemos consignar en estas páginas la sorpresa agradable que se tuvo en esta Parroquia al ser recuperadas y devueltas a su patrimonio artístico y religioso algunos de los objetos incautados por los revolucionarios. Fueron éstas las tres cruces procesionales de plata, el copón-crismera y cuatro Relicarios de los cuales tres todavía conservan las reliquias.”

        La única pieza que no se recuperó fue la magnífica custodia de plata, regalo de Doña Antonia Feliu y Grau, última representante de dicho apellido en Xert y madre de la que fue condesa de Pestagua, de la cual se conserva una fotografía en el Arxiu Mas de Barcelona.

        También dice mosén Miguel: “se han adquirido diversos y variados ornamentos y otros objetos útiles al culto de la Parroquia. Con éstos y los recuperados por fortuna, la iglesia parroquial puede considerarse lo suficientemente abastecida para las necesidades del culto”.

        Esos objetos recuperados a los que se refiere mosén Miguel, eran principalmente casullas y ropa litúrgica que, como dice en otro apartado de su libro, fueron ocultadas por el seminarista y subdiácono de Xert Miguel Beltrán y su familia.

        Poco a poco y hasta 1949, año de la publicación del libro de mosén Miguel, los feligreses fueron mejorando las condiciones del edificio. Así cita la compra, por parte de la archicofradía del Sagrado Corazón de Jesús de la imagen del titular de la misma, en cartón-piedra, colocada en la hornacina central de la capilla de la Comunión y la construcción de un altar de mármol blanco y un sagrario del mismo material y planchas de cobre forjado, realizado en los talleres salesianos de Barcelona.

        Para esta capilla remozada donó Doña Mercedes Beltrán cuatro valiosos tapices del siglo XIX que, por la indumentaria de los personajes que aparecen en ellos, creemos deben ser de factura francesa. Representan escenas campesinas: la recolección de la mies y de la uva. Fueron colgados en las rejas de la mencionada capilla como cortinajes. Actualmente se conservan dos de ellos en “l´Església Vella”, a ambos lados del altar mayor y los otros dos en la sacristía de la Nueva Iglesia.

        También donó dos preciosas lámparas de cristal tallado con lágrimas para la misma capilla, donde aún están ubicadas y otra para la capilla de Nuestra Señora de los Dolores.

        Para completar el aspecto que presentaba el edificio de “l´Església Vella” hay que nombrar la donación de Don Alfredo Doménech Herrero, natural de Barcelona pero de ascendencia xertolina, de una valiosa talla del Cristo de la Agonía, que fue colocada en la antigua capilla de San Miguel y Santa Teresa, y por el que nuestro pueblo siente una especial devoción.

        No obstante, el lento proceso de desplazamiento de la población hacia la parte llana, iniciado a mediados del siglo XIX, como demuestran las fechas grabadas sobre algunas fachadas de la calle Valencia y acentuado a comienzos del siglo XX y en especial tras la finalización de la Guerra civil (1936-1939), hizo que los curas párrocos de Xert comenzaran a ver la necesidad de construir un nuevo edificio para el culto en la parte llana y más poblada.

        Así, el primer intento que conocemos data de los años cuarenta. La noticia nos la proporciona de nuevo mosén Miguel Segarra:

        “Hubo a principios de la liberación un conato de construcción de un nuevo templo parroquial, que había de emplazarse en punto más céntrico de la población. Uno de sus más fervorosos patrocinadores fue el Ilmo. Sr. Don Federico Ferreres Folch, hijo preclaro de este pueblo e ilustre del clero valenciano. Hechas las oportunas diligencias, el ilustre arquitecto diocesano Sr. Traver, a instancias de Don Federico, trazó el plano de la que había de ser iglesia parroquial y casa-abadía. A pesar de su interés, mejor dicho necesidad, el proyecto no cuajó y el plano magnífico trazado por la competente mano del Sr. Traver está depositado en la Sala Consistorial del Ayuntamiento de este pueblo, esperando que el entusiasmo y la buena voluntad del vecindario de Chert lo ponga en ejecución”.

        Efectivamente, hemos localizado el plano. Es una construcción de estilo neogótico con dos torres-campanario y casa abadía adjunta. Pero la precariedad del pueblo, en un momento de carestía económica tan acusada en todo el país, hacía inviable que se pudiera asumir una obra tan costosa. No obstante, es una primera información, datable entre 1940 y 1949, respecto al continuado intento de los párrocos por construir un nuevo edificio en el lugar donde estaba la vida: en la parte llana y en una arteria vital como es la calle Valencia.

        No existe documentación escrita que pruebe que este intento tuviera continuidad, pero sí hemos encontrado información oral fidedigna que debemos agradecer a la portentosa memoria de nuestra querida amiga Juanita Beltrán. Ella nos ha contado que en la década de los años cincuenta el cura párroco, mosén Vicente Simó, realizó gestiones en el Archivo Municipal de Xert para intentar dilucidar si la ermita de San Vicente, ubicada en el paseo de la Independencia y derribada en 1936 en época de la República para ensanchar la vía pública, pertenecía a la parroquia. Su intención era pedir al Consistorio la cesión de un solar equivalente al de aquella, en la parte llana de la población, con el fin de edificar un nuevo lugar para el culto. Por ello, no quiso realizar las obras de rehabilitación del tejado e instalación eléctrica de “l´Església Vella”, que ya se consideraban necesarias y que Doña Mercedes Beltrán propuso sufragar. Mosén Simó se despidió de Xert sin conseguir su propósito.

        Sería su sucesor mosén Juan Bautista Ochando quien dio el primer y definitivo paso para conseguirlo, al instalar una capilla y sacristía en la casa número 43 de la calle Valencia, donde celebrar la misa y el rosario diario, reservando para los oficios dominicales, las fiestas solemnes y acontecimientos importantes: bautismos, comuniones, bodas y funerales, el edificio parroquial. En esta capilla se instaló un altar provisional que, según Juanita Beltrán, es el que actualmente se encuentra en la capilla del Cementerio Municipal.

        Nuevamente Doña Mercedes y Don Francisco se ofrecieron a colaborar y el cura párroco y la feligresía les pidieron la construcción de un nuevo edificio. Así se iniciaba una nueva andadura en la parroquia de Xert.

3.  El nuevo templo parroquial.

        El primer paso dado por los esposos San Miguel-Beltrán fue la adquisición de un edificio céntrico y amplio, en el cual pudiera construirse la parroquia. Fue éste el situado en la calle Valencia número 57, propiedad de la Sociedad La Aurora. Era una construcción que poseía planta baja, donde había instalado un moderno molino de aceite, un piso principal que poseía un bar para los socios y donde se celebraban bailes los días festivos y “angorfa”. También, según tradición oral, se conocía este lugar como “l´hort del Comte o dels llorers”, por haber pertenecido a la familia Feliu y posteriormente a los condes de Pestagua, de quien debieron comprarlo los integrantes de la Sociedad.

        Tras la compra del inmueble, el matrimonio donante encargó los planos de la nueva iglesia al arquitecto diocesano Federico Llorca. Se conserva una copia del proyecto, que hemos podido consultar, en el Archivo Parroquial de Xert. Lleva por título “Proyecto para la Iglesia Parroquial de la Asunción en el ciudad (sic) de Chert (Castellón)” y está firmado por el mencionado arquitecto en Tortosa el 15 de marzo de 1961. Comprende un total de 30 folios, en los que encontramos numerosos datos de interés, que resumimos a continuación.

        En primer lugar vemos que la obra estaba presupuestada en un millón de pesetas, aunque por el programa de fiestas de Xert correspondiente a 1963, sabemos que costó al final justo el doble, dos millones, lo que da idea que el matrimonio donante no escatimó en materiales y en mejorar la obra.

        Se debía derribar el edificio existente y sobre él se construiría la nueva parroquia. La superficie total era de 469 metros, disponiendo la nave central de 12 metros de altura y la torre campanario de 23 metros.

        Se describe a continuación, detalladamente, los materiales a emplear en la cimentación, muros, entramados, suelos, cubiertas, revestimientos exteriores e interiores, pavimento, etc…, cuya inclusión en este trabajo sería farragosa.

        Creemos en cambio interesante copiar literalmente la memoria descriptiva, que puede aportarnos detalles desconocidos sobre el edificio:

Iglesia Nueva de Chert.

        “La planta disponible es la de un solar dispuesto entre medianeras con una fachada y de longitud desproporcionada a su anchura. Esta característica específica del solar es la que ha motivado la composición estructural del edificio, concebida a base de pórticos de hormigón armado, que dispuestos a distancias apropiadas sostiene vigas paralelas al eje principal del edificio, con elementos sustentantes de falsa pared separada de la medianera que nos permite la apertura de huecos con luces rectas reglamentarias y por consiguiente la iluminación alta y lateral de la nave, necesaria para una ambientación de la luz adecuada a las necesidades que requiere la iglesia. Esta composición define lateralmente pequeñas capillas que se manifiestan de forma insinuada por la inclinación que determinan los montantes del pórtico y la viga-jácena, que uniéndolos, sostiene la pared colgada.

        Se cubre el edificio con viguetas prefabricadas de hormigón armado y bovedillas de hormigón, que sirven de forjado de apoyo de la teja árabe dispuesta sobre manto de tela asfáltica para prevenir las posibles humedades por filtración.

        Una esbelta torre, con campanil de remate, preside la fachada. Esta es de composición sencilla, sus materiales nobles, piedra y hormigón armado se manifiestan con tratados diferentes en toda ella.

        La particular disposición de la nave y su estructura obligan a concebir un entramado de hormigón dispuesto de tal forma, sobre el Coro, que sirva de soporte a la torre.

        Al fondo del solar, ocupando parte de su total extensión, en superficie y altura, se distribuyen dependencias anexas a la iglesia como la Sacristía, Sala de Juntas, Almacenes, Cuarto de acólitos, Aseo y Sótano para variados usos.

        Una cisterna abastecerá las necesidades de agua propias del uso. Mediante fosa séptica y pozo filtrante se recibirán las aguas residuales sobrantes. Parte de las pluviales serán vertidas al arroyo en espera de una conexión a la red de alcantarillado en proyecto.

        La decoración será sobria, tanto interior como exteriormente y la expresión de su estructura, sin aditamentos, se concibe para acentuar un marcado carácter al edificio. Se tratarán los pórticos de hormigón, en el interior de la iglesia, con su noble material visto. La yesería alisará y aristará solamente los entrepaños de las paredes y techos. El mármol y el mosaico hidráulico solarán la planta del edificio y lo contornearán con pequeño zócalo.”

        ¿Cuándo comenzaron las obras de construcción?. El primer dato que hemos localizado data del 30 de diciembre de 1961. Se trata de una noticia que aparece en el libro de Actas de Plenos del Ayuntamiento de Xert. Habla de la “Reparación y electrificación del reloj público”. Dice así:

        “Visto el presupuesto formulado por Manufacturas Blasco de Roquetas (Tortosa) de la reparación del Reloj público actualmente en la Torre de la Iglesia, electrificación del mismo y traslado con reforma para su acoplamiento en la Torre de la Iglesia en construcción, incluidos todos los gastos a excepción de los de albañilería que sean precisos y manutención del montador que serán a cargo de la Corporación, independientemente del Presupuesto de 29.694 pesetas con garantía de 10 años, se acordó por unanimidad que todos los Señores asistentes… prestan su conformidad al Presupuesto presentado por Manufacturas Blasco de Roquetas…”

        Esto nos hace pensar que la construcción del edificio estaba ya bastante adelantada en este mes de diciembre.

        En la documentación consultada aparece como maestro de obras Jaime Princep, de Tortosa, aunque los obreros que trabajaron en la construcción del edificio fueron , en su mayoría, del propio pueblo.

        En el Acta de 7 de septiembre de 1962 encontramos también referencia a pagos de “instalación del reloj y campanas de la nueva torre.”

        Con respecto a las campanas queremos aclarar que, con destino a esta Nueva Iglesia se compró, por parte del matrimonio donante, una campana que no llegó a colocarse en la torre-campanario. La encontramos en la espadaña de “l´Església Vella” en 1984, cuando comenzamos los trabajos de restauración y el Patronat completó la trucha de madera para que pudiera voltearse, hasta que se decidió construir las nuevas que actualmente componen el conjunto. La conservamos en la base del altar dedicado a San Miguel y Santa Teresa.

        ¿Cómo llegamos a la conclusión de que estaba destinada al nuevo edificio?. Por su inscripción que dice : “Te Deum laudamus nova ecclesia nostra. Chert año 1961”. Fue fundida en los talleres de la empresa Roses de Adzaneta de Albaida. Pesa 105 kg. y posiblemente se juzgó poco adecuada para la torre por lo que, en su lugar, se decidió colocar las dos que se habían salvado tras la Guerra Civil y que estaban en la espadaña de “l´Església Vella”. A su traslado se refieren los gastos que hemos visto constan en el Acta del Pleno municipal.

        Salvador A. Mollá Alcañiz, en su tesis doctoral sobre “Escrituras en campanas. Inscripciones en las Campanas de la Comunidad Valenciana”, nos proporciona los nombres y fechas de ambas, cuyo sonido nos es tan familiar, pues una toca los cuartos y otra las horas en el reloj parroquial.

        La más antigua es la superior, la de los cuartos. Está dedicada a Santa Bárbara y fue fundida en 1853. Pesa 319 kg y lleva la siguiente inscripción: “Per intercesionem B. Barbarae. A fulgure et tempestate liberanos”.

        La inferior, de mayores proporciones, pues según Salvador A. Mollá pesa 485 kg., fue también la más antigua. Databa de 1712, pero fue refundida en 1963 en la empresa valenciana de Salvador Manclús. No sabemos si tenía alguna fisura o se produjo durante el traslado. Su nombre es Jesús y su inscripción “Christus vincit, christus regnat, Christus imperat, Christus ab omni malo nos defensat. Te Deum laudamus 1712. Medina me fecit. Refundida en 1963 a expensas de Don Paco y Doña Mercedes.”

4.  Actos solemnes de la inauguración.

        No cabe duda que, para Xert, la inauguración de la Nueva Iglesia supuso un acontecimiento memorable. Así lo demuestra el libro de Actas del Pleno del Ayuntamiento de fecha 31 de marzo de 1962:

        “Fiestas de inauguración de la nueva Iglesia Parroquial donada por el matrimonio de ésta Don Francisco San Miguel y Doña Mercedes Beltrán. El Ayuntamiento acuerda asistir en Corporación a todos los actos que con tal motivo se celebren, y que conste en la presente acta el agradecimiento sincero de toda la Corporación como manifestación del sentir general del vecindario”.

        ¿Cómo se desarrollaron los actos?. Podemos seguirlos a través del programa editado con tal motivo y del “Acta de la Inauguración de la Nueva Iglesia Parroquial, Chert (Año MCMLXII)”, conservada en el Archivo Parroquial de Xert. Tuvieron lugar los días 31 de marzo, sábado y 1 de abril, domingo de 1962.

        El sábado, a las cinco y media de la tarde fue recibido, por el pueblo y autoridades, el obispo de Tortosa Don Manuel Moll y Salord. Tras revestirse con la ropa litúrgica correspondiente a su dignidad episcopal, se dirigió a la Nueva Iglesia, procediendo a la bendición del templo, consagración del altar y traslado del Santísimo Sacramento, desde la capilla de la Comunión de “l´Església Vella” hasta el sagrario del nuevo edificio.

        A las diez de la noche el Obispo conectó la iluminación de las artísticas vidrieras del edificio. Representan éstas, en su parte central a San Miguel Arcángel, a su derecha San Vicente y a la izquierda San Roque, ambos patronos de Xert. Bajo éstos podemos contemplar el escudo del Obispo Moll y el del Papa Juan XXIII, autoridades que regían en aquellos momentos la diócesis y la Silla Papal. Sobre San Miguel observamos una cruz, símbolo de Cristo y en el interior del edificio, en cada una de las pequeñas capillas que se insinúan por medio de los pilares de sustentación, se pueden apreciar los distintos símbolos marianos.

        A continuación, los Coros y Danzas de la Sección Femenina interpretaron diversos bailes populares.

        De la participación del Ayuntamiento de Xert en la organización de los festejos a través del engalanado con banderas, gallardetes y un arco triunfal, que puede observarse en las fotografías que acompañan este trabajo, queda también documentación escrita en los libros de Actas. En concreto en la correspondiente al 29 de abril de 1962:

        “Pagas: Acuerda este Ayuntamiento que con cargo al siguiente presupuesto de gastos se satisfagan las siguientes cantidades y por los conceptos que se indican: A Juan Ferreres Insa, por el Alquiler de Banderas y gallardetes con motivo de la inauguración y bendición de la Nueva Iglesia Parroquial, por un importe de cinco mil quinientas pesetas. A Joaquín Segarra, José Segarra, Autos Mediterráneo, José Jovaní y José Carceller, gastos ocasionados en sus establecimientos y transporte de objetos y del Cuerpo de Coros y Danzas de la Sección Femenina, con motivo de las indicadas fiestas, por siete mil cuatrocientas ochenta y cuatro pesetas con setenta y cinco céntimos”.

        El siguiente día 1 de abril, a las ocho y media de la mañana el Vicario General del Obispado, Don Joaquín Blanch Sala, celebró una Misa de Comunión en el nuevo templo.

        A las once, el Obispo “asistido por los Señores Capitulares y rodeado de las primeras autoridades provinciales y locales, celebró solemne Misa Pontifical”. El sermón lo predicó el rector del Seminario diocesano Don Aurelio Querol Lor y la parte musical estuvo a cargo de la “Schola Cantorum” de dicha institución, dirigida por Don Vicente García Julve.

        Por los firmantes del documento conservado en el Archivo Parroquial de Xert, sabemos qué autoridades asistieron al acto. Constan, en primer lugar, la firma del obispo Don Manuel Moll y Salord seguida de la de los donantes Don Francisco San Miguel y Doña Mercedes Beltrán. A continuación firmaron Manuel Almudena en representación del Gobernador civil; el presidente de la Diputación de Castellón, José Ferrer; el Comandante militar de Marina, Emilio Fernández; el Teniente coronel de la Guardia Civil, José Castaño, que representaba al Gobernador militar; el Vicario general del obispado, Joaquín Blanch; el Rector del Seminario, Aurelio Querol; el Cura párroco, Juan Bautista Ochando; el Alcalde de Xert, José Folch y el Teniente de la Guardia Civil, Traver.

        Puede decirse que todas las autoridades civiles y militares de la provincia de Castellón y del obispado de Tortosa estuvieron presentes ese día en Xert.

        A las cuatro y media de la tarde se despidió el Obispo y a las cinco y media se realizó un breve acto eucarístico de acción de gracias, con el que se dieron por finalizadas las fiestas.

        El obispo de Tortosa quiso también agradecer al matrimonio San Miguel-Beltrán su altruismo y generosidad. Así, en el Archivo Parroquial de Xert, en la misma carpeta en la que se conservan los documentos anteriormente citados, encontramos una letra episcopal que dice:

“NOS DOCTOR DON MANUEL MOLL Y SALORD. POR LA GRACIA DE DIOS Y DE LA SANTA SEDE APOSTOLICA OBISPO DE TORTOSA.

        Como particular demostración de nuestra profunda gratitud para con los cristianos consortes, Don Francisco San Miguel Nubla y Doña Mercedes Beltrán de San Miguel, quienes con ejemplarísima generosidad han levantado a sus expensas este nuevo templo parroquial de Chert, dedicado a la Asunción de Nuestra Señora, adquiriendo antes la amplia casa en cuyo solar se ha edificado este templo, y completando el mismo con rica mesa-altar mayor de piedra, Sagrario, imagen de la Titular tallada en madera, pavimento de mármol, vidrieras polícromas, instalación eléctrica, servicio de megafonía, bancos para la comodidad de los fieles, pila bautismal, confesonarios y otros diversos objetos y detalles de utilidad y adorno.

        Por las presentes Letras, y haciendo uso de la facultad que se Nos ha otorgado por especial Rescripto Pontificio del 14 de Febrero del año en curso, concedemos a los citados consortes el privilegio de que, al morir, puedan sus cuerpos ser inhumados en esta iglesia parroquial, que para mayor gloria de Dios y loor de la Santísima Virgen Asunta su piedad filial ha eregido y ofrendado.

        Disponemos igualmente que, además de participar los citados Don Francisco San Miguel y Doña María de las Mercedes Beltrán, con título excepcional, de las preces y oraciones que se reciten en esta iglesia parroquial de Chert por todos sus bienhechores y favorecedores, todos los años, mientras aquellos vivieren, el día 4 de Octubre, fiesta de San Francisco de Asís, y el día 24 de Septiembre, fiesta de Nuestra Señora de la Merced, se celebre en esta iglesia parroquial una misa solemne por las personales intenciones de los donantes; y cuando hubieren fallecido, todos los años y en los mismos días indicados, tenga lugar en esta iglesia un funeral solemne en sufragio de los mismos, para que así queden perpetuados el recuerdo y gratitud de esta parroquia por este noble rasgo de tan generosa liberalidad.

        Dado en la iglesia parroquial de Chert, en el día de su oficial inauguración y entrega, primero de abril de mil novecientos setenta y dos.

        Manuel, obispo de Tortosa (rúbrica)

        [Sello del obispo]

        En la portada del documento y en nota manuscrita podemos leer: “Consultado el Excmo. Sr. Obispo por carta del 9 de abril de 1962 sobre traslado de las misas a los domingos más cercanos a estas fechas [San Francisco de Asís y Nuestra Señora de la Merced] accedió gustosamente en carta del 10 del mismo mes y año. Lo que certifico. Juan Ochando, presbítero (rubrica)

        Queremos finalizar este trabajo expresando nuestro sentimiento a la familia y reiterando el agradecimiento general de Xert a Doña Mercedes Beltrán Sanz por su generosidad. Descanse en paz.

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