Història i tradició
SAN ROQUE, PATRÓN DE XERT
ORIGEN DE UNA FIESTA CENTENARIA
Por Juan Antonio Micó Navarro
I Introducción.
Muchas veces celebramos por tradición ceremonias y fiestas de las cuales desconocemos el origen. En el caso de Xert las fiestas mayores se concentran en la segunda quincena del mes de agosto entorno a dos advocaciones religiosas. El primer día, el 15, se celebra la Asunción de la Virgen, bajo cuya advocación se erigió la parroquia tras la conquista cristiana en el siglo XIII; el segundo, el 16, se dedica a san Roque, abogado contra las epidemias de peste. Pero si bien en el primer caso tenemos claro que se trata de la titular de la población, en cuanto a san Roque nos ha llamado la atención el motivo de su dedicación y nos hemos formulado las siguientes preguntas: ¿Quién fue este santo históricamente y por qué es intercesor celeste en las epidemias de peste?, ¿en qué consiste médicamente esta enfermedad y cuándo afectó a Europa?, ¿por qué motivo y desde cuándo se declaró al santo patrón de Xert?.
II San Roque: datos histórico-biográficos.
Sobre la biografía de San Roque, la crítica histórica más reciente presenta puntos controvertidos, siendo confusas las fechas de su nacimiento y muerte, así como algunos pasajes de su vida por haberse sobrepuesto, a lo largo de los siglos, episodios legendarios sobre su historia real. Para reconstruirla con cierta autenticidad histórica hemos utilizado la Bibliotheca Sanctorum, Roma, 1968, obra redactada por especialistas rigurosos en historia de la Iglesia. Según esta fuente parece fuera de toda duda que este santo nació en la ciudad de Montpellier en el siglo XIV, en el seno de una familia noble.
El testimonio más antiguo y fiable sobre su vida, la conocida Acta breviora, anónimo escrito hacia el año 1430, nos dice que quedó huérfano de muy joven y tras vender todos sus bienes y repartir el producto entre los pobres, se dirigió a Roma en peregrinación para visitar la tumba de los apóstoles Pedro y Pablo.
En el camino se detuvo en la ciudad de Acquapendente, en un hospital de apestados, donde comenzó a obrar curaciones milagrosas. De allí pasó a Cesena y Roma.
Tras permanecer tres años en la ciudad de los papas regresó a Montpellier, pasando por Rímini, Novara y Piacenza. En esta última ciudad contrajo la peste. Al ser rechazado en el hospital se retiró a un bosque cercano, en donde un perro de caza, perteneciente al noble piacentino Gottardo Pallastrelli, le llevaba diariamente un trozo de pan, salvándose así de morir de hambre. Al notar Gottardo que el perro sustraía el pan, lo siguió y encontró a Roque, a quien llevó a su casa hasta su completa curación.
Una vez recuperado, el santo regresó a Montpellier, siendo apresado en Anguera, cerca del Lago Mayor, por una patrulla de soldados, al sospechar que se trataba de un espía. Murió después de cinco años de prisión, obrándose con posterioridad prodigios y curaciones milagrosas que llamaron la atención sobre él.
Con posterioridad, según la tradición italiana, las reliquias habrían sido llevadas a Voghera y de aquí a Venecia, en donde actualmente se veneran.
No obstante, existe otra tradición, expuesta por los historiadores del Languedoc francés, según la cual san Roque habría vuelto a morir a Montpellier y habría sido sepultado en una capilla del convento de los dominicos de dicha ciudad. En 1399, el mariscal Jean Le Meingre de Boucicout, habría trasladado los restos hasta el convento de los trinitarios de Arlés, donde fueron objeto de veneración duradera.
El culto a san roque, como intercesor contra la peste, alcanzó gran difusión en Europa a partir de la segunda mitad del siglo XIV.
III La peste, enfermedad epidémica.
En cuanto a la segunda pregunta que nos formulábamos, diremos que en principio la peste no es una enfermedad típicamente humana, sino que la produce un bacilo que anida en las pulgas que llevan las ratas y es a través de la convivencia de éstas con el hombre como las pulgas transmiten la enfermedad.
La primera gran epidemia que afectó a la Europa medieval fue la de 1348, conocida como “peste negra”. Según nos cuenta el eminente científico y premio Nobel, doctor M. Barnet, en su Historia de las enfermedades Infecciosas, publicada en castellano en Madrid en 1967, la enfermedad llegó a través de una especie de ratas, originarias de la India, conocidas con el nombre científico de Mus rattus, que vinieron en los barcos que regresaban de las cruzadas a Tierra Santa. Esta nueva especie de rata reemplazó rápidamente a las indígenas de Europa y se propagó por las casas.
Las pulgas que anidaban en las ratas llevaban el bacilo de la peste y al picar a los seres humanos transmitieron la enfermedad. La “peste negra” se extinguió tras producir la muerte a una cuarta parte de la población de nuestro continente.
Durante los siglos XV al XVII se sucedieron con frecuencia brotes de peste, pero en el siglo XVIII desapareció bruscamente. Los estudios más recientes sobre el tema parecen indicar que una de las principales causas de esta desaparición fue la sustitución de la especie Mus rattus por la actual castaña o de alcantarilla que, procedente de Asia central, llegó en este siglo a Europa en grandes hordas que desplazaron a las anteriores.
La enfermedad actúa de la siguiente manera: cuando la pulga atraviesa la piel humana para succionar la sangre, introduce los bacilos de la peste en el organismo. Estos van a parar a los ganglios linfáticos, donde se multiplican y producen inflamaciones. Los ganglios que se infectan primero son los de las axilas y las ingles, donde producen bultos muy dolorosos de color rojo-púrpura. Son los llamados bubones, por los que la enfermedad se denomina peste bubónica. De allí se distribuyen por las diversas partes del organismo a través de la sangre, produciendo una muerte rápida.
IV San Roque, patrón de Xert.
La respuesta a la tercera pregunta resulta un tanto difícil por haber desaparecido, por diversas circunstancias, la mayor parte de la documentación del archivo municipal y parroquial de nuestro pueblo. No obstante, gracias a mosén José Arasa y mosén Miguel Segarra, quienes pudieron consultar los fondos del archivo parroquial antes de su destrucción en 1936, poseemos los suficientes datos para contestarla. En su Historia Eclesiástica de Chert, publicada en Tortosa, en 1949, mosén Miguel Segarra dice textualmente:
“En los años de 1647 hasta 1651 hubo una gran peste que causó grandes estragos en la ciudad y reino de Valencia. Consta que Chert fue una de las poblaciones más atacadas de aquella peste y ni aún en las masías se vieron libres del terrible azote, pues en unas notas del archivo parroquial que hemos visto encontramos que en el mes de Febrero de 1651 todavía murieron, atacados por dicha enfermedad sólo en la masía de la Creu, cinco adultos.”
Y añade:
“Desde este tiempo data la construcción de una capilla en la iglesia en honor de San Roque y desde entonces data también el voto de celebrar todos los años una fiesta a tan glorioso santo …”
Esta epidemia duraría efectivamente hasta 1651, afectando de forma muy grave al Maestrazgo, especialmente a San Mateo, Benicarló, Vinaroz, Traiguera y Xert.
El historiador Villalba, en su conocida obra Epidemiología española, editada en Madrid en 1802, hablando de esta epidemia afirma:
“… empezó por unas calenturas malignas, pestilentes, con bubones, carbúnculos, y tanta postración de fuerzas, que morían en tres o cuatro días …”
Este es pues el origen del patronazgo de san Roque sobre Xert: una promesa colectiva para invocar su protección contra la peste, que se cumple desde hace más de trescientos años.
Posteriormente, en el siglo XVIII, Juan Bautista Querol, beneficiado de la iglesia parroquial de Xert, solicitó de Roma la concesión de una reliquia del santo, la cual le fue otorgada con fecha 15 de noviembre de 1757, según consta en el documento de autenticidad o autentica, uno de los escasos documentos antiguos que se conservan en el archivo parroquial. En él leemos:
“… extraximus videlicet particulam ex ossibus S. Rochi Confessoris quam reverenter reposimus et colocavimus in parva theca argentea unica crystallo munita …”
Va firmado por el obispo Guido, de la ciudad italiana de Cesena. La reliquia consiste, como hemos visto, en una partícula de hueso, colocada en una cajita de plata, protegida por un cristal y sellada con cera roja.
Años más tarde, en 1787 y a expensas del mencionado Juan Bautista Querol, se construyó un precioso relicario barroco, también de plata. La reliquia está situada en el centro, rodeada de ornamentación floral. En el reverso de la misma puede leerse una inscripción que dice: Eris in peste patronus. Al pie del relicario hay representados distintos motivos ornamentales, en plata sobredorada, que recuerdan al santo: el sombrero y báculo de peregrino, la venera o concha y el perro y el pan alusivos al milagro de Piacenza. Por último, una inscripción recuerda al donante: “A EXPs. DEL. REVdo. Mn. BAUta. QUEROL. Pbro. y BENdo. DE LA IGLESIA PARRIQal. DE CHERT. Año 1787”.
Desde 1987, año en que celebramos el segundo centenario de su llegada a Xert. La reliquia es mostrada, el día de la fiesta del santo, a la veneración de los fieles.
© Copyright J.A.M.N. - 1987