El agujero negro

por Julián Segarra Esbrí de Chert

Galaxia Messier 87.

    Mi hermana María Asunción me ha regalado una página de una revista por la que al parecer, el consorcio internacional Telescopio del Horizonte de Sucesos (Event Horizon Telescope) presentó el 10 de abril del año de 2019 la primera imagen jamás capturada de un agujero negro supermasivo, con una masa equivalente entorno a los 6500 millones superior a la del Sol, de un diámetro de 40 mil millones de kilómetros, unos 8 veces el tamaño del Sistema Solar y ubicado en el centro de la galaxia M87 (Messier 87) a unos 55 millones de años luz del planeta La Tierra en la constelación de Virgo. Se trata de un trabajo incansable y gigantesco de más de 200 científicos de más de 20 países que durante más de 2 años han estado procesando los datos de 8 radiotelescopios dirigidos al centro de la Vía Láctea con un presupuesto de unos 50 millones de dólares americanos.

    Corría la primavera de 1996 cuando al atardecer, después de la puesta del Sol y al circular por tramos de carretera en dirección al Oeste, podía visualizarse la aparición de un cometa por encima de las montañas del horizonte. Como quiera que sabía de la afición a la astronomía de mi amigo Manuel Ambrós Pino, en una de mis vistas le pregunté por el cometa y me explicó sobre el mismo. El cometa Hyakutake que se conoce como C/1995 B2 visto mientras el señor Yuji hacía un seguimiento al C/1995 B1 observado unas semanas antes desde Kagoshima en la región de Kyushu, una isla al suroeste de Japón, por disponer de cielo oscuro con poca contaminación lumínica, fue descubierto por el astrónomo aficionado japonés Yuji Hyakutake el 30 de enero de 1996 como un objeto muy brillante en el cielo nocturno. Al paso de los meses, pudo ser visto desde todo el mundo y propició la observación de la primera emisión de rayos X por parte de un cometa, supuestamente debida a la interacción entre las partículas del viento solar que interactuaban con los átomos neutros de su cola al disponer de la más larga conocida hasta el momento para un cometa. Antes de su última incursión en el interior del Sistema Solar, su período orbital era de unos 15000 años, pero la influencia gravitatoria de los planetas gigantes como Júpiter, incrementó el valor hasta unos 72000 años calculado gracias a la sonda Ulysses que cruzó inesperadamente su cola, aunque a una distancia superior a los 500 millones de kilómetros, con lo que Manuel, me invitó a ver su telescopio de construcción propia y como quiera que soy un metelasnarices en dónde no me llaman, aporté mis ocurrencias para su mejora.

    Con el propósito de acreditar la viabilidad de la idea, a la siguiente visita comercial enseñé a Manuel una rueda dentada construida sin torno accionada con un sinfín manual que muy fácilmente podía ser usada en un telescopio y con la emoción del invento, Manuel me animó a fabricarme un telescopio y empezar la observación celeste, para ello, me regaló un espejo de unos 150 m/m. de diámetro y un canuto de una tubería de policloruro de vinilo (C2H3Cl)n conocido como PVC. Con unos retales de hierro hueco de la existencia casera, me construí un trípode soporte y de unas lentes de un pasador de diapositivas, el ocular, aunque de mis primeras observaciones, nació mi incomprensión, ya que dirigí la observación a una estrella visible al atardecer a simple vista en la que a su alrededor aparecían otras estrellitas diminutas que cada día cambiaban de posición y al preguntar a mi amigo Manuel en otra visita, se sonrió explicándome que lo observado era el planeta Júpiter con sus cuatro satélites mayores Io, Europa, Ganímedes y Calisto.

Agujero Negro.

    Tenía una cámara de plástico regalo de la señora Maruja Breva Fonfría y la desmonté para, con una broca aumentar el tamaño del diafragma, con un trocito de plástico añadido al disparador, incrementé el tiempo de exposición y sacando el objetivo y ajustándolo al ocular del telescopio, amplié la imagen observada para aprovechar toda la película ASA 100 que utilizaba en las pruebas por ser la más económica del mercado. Al exponer todo el carrete, posteriormente lo llevaba a mi amigo Rafael Prades Pedra para que me lo revelase, ver el resultado y elegir una copia de lo realmente interesante cuando procedía. Téngase en cuenta que la cámara no es del tipo reflex y no dispone de visor por tratarse de un simple cajoncito.

    Durante el verano, aprovechando las buenas condiciones meteorológicas, estuve tomando imágenes como principiante y en un cliché fotográfico, se observó algo raro por no decir curioso. Mi amigo Rafael me hizo copia con el resultado de haber retratado un agujero negro... y no es por desmerecer la labor de toda la comunidad científica, pero en este caso, con menos de 50 euros europeos para la construcción de un telescopio, frente a los 50 millones de dólares americanos, vais los reconocidos científicos como 22 años y medio de retraso sobre la Unidad de Observación Astronómica del Maestrazgo en Chert, porque en la vida, aunque quien persevera, alcanza, la suerte no es para quien la busca, sino para quien la encuentra.

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