El haiga

por Julián Segarra Esbri.

    Es la expresión usada a principios del siglo XX para llamar a los vehículos automóviles particulares destinados al transporte de personas y que ahora en el siglo XXI conocemos con el nombre de turismos.

    A finales del siglo XIX y principios del siglo XX los coches eran tirados por caballos, eran por ello de tracción animal y solo disponían de los mismos las personas con medios económicos suficientes, de ahí la expresión "cuanto más ricos, más animales", ya que los pobres, solo alcanzaban para un rocín flaco y los muy pobres, andaban en muchas ocasiones descalzos para no desgastar las alpargatas que se las ataban a los pies a su llegada a una población. Los carros se emplearon para transportar mercancías y personas familiares aunque sin asientos y solían tener un solo eje mientras las carretas, solo transportaban mercancías y generalmente tenían dos ejes, asiento para el conductor con pescante y posible acompañante, eran de caja fija, no eran basculantes y podían llevar techo de lona, aunque también se llamaban coches a los vagones de ferrocarril destinados al transporte de pasajeros.

    En aquellos tiempos de hace más de 100 años, muchos españoles emigraron a América en búsqueda de fortuna y aunque muchos se quedaron en el nuevo continente con el intento, otros regresaron a España con las manos en los bolsillos, algunos poquísimos, tuvieron el privilegio de conseguir dinero e hicieron patrimonio y la añoranza de la tierra natal les invitó a regresar a España para visitar a sus familiares y en sus desplazamientos emplearon un coche de tracción mecánica de los que ya se vendían en la época.

    Cuando se acercaban a la tienda de vehículos a comprar uno, como no sabían de marcas ni de modelos de los que tampoco se podía elegir, le decían al vendedor que querían comprar un coche y ante la duda del vendedor del tipo de vehículo, bien de recreo o de trabajo, la respuesta era "lo que haya" popularizándose la marca "lo que haya".

    La envidia de los que caminaban y de los que tenían carro de tracción animal, cuando les adelantaba un automóvil, se  burlaban diciendo "otro que va en haiga" y de ahí, la expresión "ir en haiga", significa ir en coche mecánico de recreo o automóvil de turismo, ya que al automóvil de trabajo se llamaban camión y cuando el camión va cerrado con techo metálico en lugar de lona conocida como "vela", se convierte en furgoneta.

    Actualmente la expresión, paso al olvido y casi todas las personas tienen un turismo para uso personal recreativo, las calles están llenas de vehículos abandonados que nadie guarda en cochera, que sería el almacén para guardar el coche, ya que la expresión garage, se emplea para el almacén de reparaciones, aunque en principio, a falta de mecánicos y talleres, dado que las reparaciones las hacían los propios conductores, garage y cochera se podía llegar a utilizar indistintamente.

    Pero debemos saber que la palabra haiga, al igual que naiden o vistes, no es un error gramatical, ni tampoco inexacta, quienes las aprendieron a usar es porque vienen de poblaciones donde alguna vez así se habló, al tratarse de un español o castellano antiguo.

Ansina ti quero
y pos este cariño se dilató,
pero yo lo vide primero que tú,
no hay naiden en el pueblo
que me haiga hecho sentir lo mesmo.

Ansina va la cosa,
ayer te truje munchas flores,
de la orilla del río...
tú me dijites hace muncho tiempo
que son las que te gustan bien harto.
ayer cuando las recivites vide en tus ojos
el brillo de la luna,
así como se mira en la noche,
cuando voy de regreso al jacal,
y naiden me acompaña...
pero aquí mero en mi pensamiento,
tú andas conmigo.

Ansina te quiero,
como la mañana cuando se asoma el sol,
como la llovizna que moja la tierra,
como el campo que me gusta ver todo el día...
como la muina que tengo si no te miro.

Dizque así es el cariño
un poco rejego...
y se dilata en llegar,
pero tengo harta calma,
yo lo vide llegar primero...
pero tú ya lo vites en mis ojos.

    Deberíamos ser cometidos y no burlarse de quienes aún lo usan, para entender es parte de un lenguaje antiguo que muy probablemente nuestros abuelos y predecesores usaron normalmente.

    Ver el libro de Daniel Escorza Rodríguez “Ansina se dice, Ansina se escribe: historias e histerias del habla popular”.

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Notas jocoras.-

    Mi abuelo Julián Segarra Ferreres comentaba que la Casa Ford daba a sus clientes la opción de elegir el color para el vehículo adquirido siempre que el cliente eligiese el color negro. Sus vehículos eran muy "competitivos", se averiaban casi todos los días y quedaron bautizados como de Fabricación Ordinaria y Reparación Diaria. Su primer Ford CS-232 era de pedales y le duró tres años, al segundo Ford CS-908 le pusieron cambio de marchas y también le duró tres años. Para su tercer vehículo, se pasó a Chevrolet de la General Motors, era mejor vehículo y lo tuvo durante 10 años y porque el Ejercito de la Republica se lo reclamó para su servicio.

    Mi padre Julián Segarra Ortí comentaba que el América existía una fábrica que vehículos llamados Donad y en Italia estaba la firma Fiat. De poder elegir entre un donad y un fiat, prefería el donad (palabra que en idioma valenciano significa regalado), ante el fiat italiano (expresión que en idioma valenciano significa prestado con deber posterior de ser pagado).

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