El 205º fue el primero de los escuadrones italianos en recibir trimotores siai S.79 allá por octubre de 1936 siendo apodado inicialmente como El Gavilán por disposición del Estado Mayor de la Real Fuerza Aérea atendiendo a las directivas oficiales y rebautizado como El Gobbo por la joroba. Era un avión fabricado para el transporte postal por Alessandro Marchetti Canevari pero fue adaptado al uso como bombardero y en marzo de 1937, el subteniente Aurelio Pozzi Campana dibujaría los tres ratones verdes de pie sobre sus patas traseras como anagrama de la tripulación, de los cuales, dos con sus caras de frente parecen intentan conversar, identifican al supuesto personal del avión compuesto generalmente por cinco hombres y en algunas vuelos hasta seis, con el copiloto, los ametralladores al mando de las ametralladoras delantera ubicada en la joroba encima de la cabina, trasera en la góndola de la base y la fija en el techo de la cabina con cintas de 350 proyectiles cada una de rearme automático y el artificiero-artillero .

   El nombre se hizo famoso cuando el escuadrón con el Coronel Attilio Biseo Tommasini y el capitán Bruno Mussolini Guidi, ganó los tres primeros lugares en la carrera París - Istres - Damasco -  los días 20 y 21 de agosto de 1937 a una media de 424 Km./h. con motores Alfa Romeo 126 RC.34 de 780 CV y más, aún después del vuelo Guidonia - Dakar - Río de Janeiro el 24 de enero de 1938 a bordo del trimotor Savoia Marchetti S.79 con motores Piaggio P.XI RC.40 de 1000 CV cada uno a 1000 Km. de altura, propiciando al escuadrón el logró de dos éxitos a nivel internacional y adoptándolo como la insignia oficial del 12º Stormo B.T.

   Los aviones iniciales llevaban tres motores radiales Alfa Romeo 125 RC.35 de 750 CV y cabría pensar que los tres motores fueron la inspiración del anagrama de los tres ratones y la elección de unos animales inteligentes, hábiles, astutos, escurridizos, divertidos, juguetones y sobre todo perturbadores para las personas unido al hecho de ser difícilmente abatidos y en algunas campañas imposible, es obvio, aunque invito a buscar la ocurrencia con mayor imaginación.