San Julián
Patrón de Morella
por Julián Segarra Esbrí
En la reparación de una grieta en la pared sur del Castillo de Morella por causa del asentamiento de la obra, apareció una libreta amarilla escrita con letras negras un algo bastante llena de polvo y tierra que con mucho cuidado los obreros la recuperan y se la entregan al historiador local, un señor que ahora no recuerdo su nombre pero me parece le llaman Jesús Moya Casado porque siempre cuenta efemérides, escribe libros y también novelas, aunque no lo conozco de cuando visitaba Clientes por los bares por coincidir ningún día que me comentó la genuina historia de “La Conquista de Morella”.
Ocurrió que desde el fracaso por la Conquista de Peñíscola en 1225, el Rey Don Jaime I estaba un muy disgustado por el suspenso recibido y lo mal que le había ido aquel negocio, pero don Blasco de Alagón, un hombre mayor curtido en estos menesteres de la lucha guerrera sin armas como hacen los guerreros en la Todolella[1], aunque siempre llevaba espada por si la necesitaba para asarse unas chuletas o unas sardinas cuando tenía unas brasas, viendo tan apesadumbrado al joven monarca Don Jaime I, le comentó un ocurrente sistema para conquistar la ciudad morellana con poco esfuerzo y menos lucha, pero con la condición que por enseñarle aquella lección, le diera por regalo el ser alcalde de la población y el Rey Don Jaime I, aceptó.
- ¡Pues Majestad, váyase vuestra merced Don Jaime I al pueblo de Ares[2] de excursión y desde lo alto de la muela, observará mejor el modo de conquista por el que ya no necesitará más de la espada!, le dijo don Blasco de Alagón al Rey Don Jaime I y por eso, al Rey Don Jaime I siempre lo representamos con unos los papeles en la mano.
Y así ocurrió: Don Blasco de Alagón se puso plantado en medio del camino, con las piernas abiertas, los brazos en asas como los cántaros de Traiguera[3] y con las manos apoyadas en la cintura, más serio que una azada en medio del Barrio del Hostal Nou[4] y con la ayuda de dos centurias de soldados escaqueados detrás de las paredes de las fincas lindantes con las cunetas del camino, detenía el paso a todos los transeúntes que por allí pasaban y en eso que, ya era el día cinco de enero por la tarde después de la puesta del Sol pero antes de cenar, cuando tres reyes que le hacían la competencia al joven monarca el Rey Don Jaime I, acercábanse a Morella a lomos de sus caballos, acompañados de sus Pajes con tres carretas llenas de juguetes pero sin papeles de facturas y con la ITV caducada; entonces, don Blasco de Alagón les corta inmediatamente el paso.
- ¡Alto!, dice don Blasco de Alagón con mirada firme y cara de mala intención.
- ¡Enséñenme sus credenciales!.
- ¿De dónde vienen udes.?.
- ¿A dónde van?.
- ¿Qué se les ha perdido por estas tierras?.
- ¿Dónde tiene su licencia de actividad?.
- ¿Qué negocio se llevan entre manos?.
- ¡Saquen sus papeles!.
Y los tres reyes contestan:
- ¡Somos los Reyes Magos!.
- ¡Cómo que magos!, dice don Blasco de Alagón.
- ¡Aquí no se saca un conejo del sombrero ni para cenar!.
- ¡Quedan udes. detenidos durante 72 horas hasta que se comprueben los pasaportes o el carnet de identidad y todos sus papeles!, añade don Blasco de Alagón dirigiéndose a los tres Reyes Magos, porque el rey Baltasar, con la cara negra y siendo de noche, como que se veía algo raro y sospechoso que delataba ser forastero y daba hasta miedo.
Aquella noche del día 5 de enero de 1232 fue muy triste para la Cuidad de Morella porque no hubo Cabalgata de Reyes, pero lo peor, aconteció al día siguiente. El día seis de enero por la mañana en los balcones de las casas del pueblo no habían juguetes para los niños y todos muy tristes, fueron a hablar con el Gobernador de Morella para decirle lo acontecido.
El Sr. Gobernador viendo que en el balcón de su casa tampoco habían juguetes para sus hijos al igual que para los demás niños de Morella porque don Blasco de Alagón detenía a todos los que pasaban por el Barrio del Hostal Nou y pedía las llaves de la ciudad pero él no se las quería dar porque eran suyas, preguntó al herrero si tenía hierro y carbón para la fragua.
El hijo del herrero también esperaba su regalo y viendo su padre que aquel año no tendría la pelota, puso la fragua en marcha con el permiso del Sr. Gobernador y con unas herraduras viejas de un burro, aquella misma tarde hizo unas llaves nuevas y relucientes, con lo que acercándose a casa del Gobernador le dice que le de las llaves viejas de la Ciudad de Morella a don Blasco de Alagón y que él, se quede con las nuevas.
Y así ocurrió, el día siete de enero de 1232, el Sr. Gobernador de Morella autorizó montar una gran fiesta en el pueblo para acabarse los turrones que habían sobrado de la Navidad e invitaron a don Blasco de Alagón, para darle las llaves viejas de la ciudad, quedando don Blasco de Alagón contentísimo con el regalo pero, como era muy pesado tener que ir todos los días por la mañana a abrir las puertas de las murallas y por las noches a cerrarlas, especialmente en invierno cuando nieva y hace mucho frío, decidió quitar las puertas y acabar con tanta tontería porque al ser un hombre mayor, todos los años se constipaba.
A consecuencia de lo acontecido, don Blasco de Alagón eligió como Patrón de Morella a San Julián y el Gobernador[5] de Morella, que le llamaban Matías, quedó muy contento de la fiesta que hicieron los vecinos del pueblo. Desde entonces, todos los morellanos, el día de San Julián comen pasteles, turrones, golosinas y flaons[6], los niños tienen un día más de vacaciones para poder jugar con los regalos de los Reyes Magos y no van al cole hasta el día ocho de enero.
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[1] En el Pregón de las fiestas fundacionales de la Magdalena en la población de Castellón de La Plana, se acompaña una representación de los pueblos de la provincia con sus vestidos típicos, artesanía y folclore. Los vecinos de la Todolella, muestran una danza guerrera que despierta las delicias y admiración de todos los presentes.
[2] El crudo invierno de 1231-1232, desprovistos de agua y víveres al tener el abastecimiento cortado por los cristianos, los musulmanes de Morella se rinden el día 7 de enero de 1232, día de San Julián mártir, ante las tropas cristianas al mando de don Blasco de Alagón. El Rey Jaime I envió sus efectivos militares aragoneses de Teruel a Ares intentando y consiguiendo su conquista el día 8 de enero de 1232 e invitando a permutar el Castillo de Ares por el de Morella, don Blasco de Alagón no accede y el Rey, fiel a su palabra, le concede el lugar de Morella y su castillo.
[3] La población de Traiguera ubicada en El Maestrazgo y tiene en su término municipal el Real Santuario de Nuestra Señora la Santísima Virgen de la Fuente de la Salud en donde el Rey Felipe II pasaba largas temporadas recuperándose del mal de la gota; en sus inmediaciones, hay muchas canteras de arcilla y la mayor parte de sus vecinos, hasta mediados del siglo XX se dedicaban a la alfarería.
[4] Hasta principios del siglo XX, la población de Morella mantenía las puertas en los portales de sus murallas y por la noche, se cerraban hasta la mañana siguiente, lo que dificultaba a los transportistas el acceso para pernoctar en ella. Por las faldas de la colina, transcurre el río Bergantes y al otro lado, se construyó una posada a la que se llamó Hostal Nou que, ubicado fuera del recinto amurallado, favorecía a los transportistas su atención sin horarios. Con el paso de los años, se construyeron más viviendas, pero el actual barrio, continúa siendo conocido con el nombre de Hostal Nou.
[5] Me es imposible situar esta referencia con una fecha pero tengo entendido que a mediados de siglo XX vivía en Morella un personaje con voz muy potente y majestuosa llamado Matías Segura Viñals al que todos conocían con el apodo del @Gobernador porque al hablar, parecía una autoridad.
[6] Dulce típico de Morella presentado en forma de media luna relleno de requesón.
© Copyright Julian Segarra Destilator, regalo del día 7 de enero del año 2020.