SEGARRA
El antídoto para el virus covid19
por Julián Segarra Esbrí
Todos aterrorizados por un nuevo y desconocido virus publicitado a bombo y platillos por los medios de comunicación apoyados con mediadas legislativas restrictivas para la población que, desinformadamente se recluye a las personas en sus hogares de forma inexplicable como si no existiera experiencia desde hace ya más de un siglo con la fiebre española causante de producir una mortalidad elevadísima en todo el mundo.
Los virus y las bacterias forman parte de nuestra vida por ser también seres vivos y cohabitar en armonía con todo bicho viviente desde su nacimiento hasta después de su muerte, por lo que no es extraño que en el caso de las personas, formen parte de nosotros mismos al estar también en nuestro entorno y cuando se introducen en nuestro cuerpo, se desarrollen de forma apacible para ellos hasta que su excesiva proliferación, desata la batalla inmunológica para su regulación y equilibrio o incluso eliminación.
Por nuestras vías naturales tanto nariz como boca, se pueden colar en el cuerpo cualquiera de ellos, pero en el momento de la deglución, desde la boca a la faringe cualquier alimento pasa a través del esófago que, por medio de sus contracciones y dilataciones peristálticas desciende hasta el estómago y al igual que los fermentos digestivos como la amilasa y la maltasa actúan sobre los hidratos de carbono, la lipasa lo hace sobre las grasas, aunque el ataque o digestión lo favorece siempre el alcohol como disolvente al producir una emulsión sobre ellas junto con el resto de los fermentos digestivos que la favorecen y consiguen.
Es de conocimiento público y además notorio que, al sentir carraspera en la garganta, nos vemos obligados a toser para desembozar su contenido viral y esparciéndolo en el entorno contaminamos a nuestros vecinos, pero si en su lugar nos tomamos un sorbito del licor destilado SEGARRA, ayudamos a despegar sus ventosas e ingerimos cualquier virus y/o bacteria para, una vez en nuestro estómago, quedar eliminado o destruido de forma natural y pasar a través de las vellosidades intestinales al torrente sanguíneo como alimento de las células del cuerpo.
Por las características conseguidas en el proceso de su destilación, es un hecho demostrado desde tiempos de la gripe española, al no haber fallecido ningún trabajador de la destilería de mi bisabuelo Francisco Ortí Jovaní librándose todos del contagio, que al ingerir un sorbito el licor elaborado por Julián Segarra en su destilería de Chert, cualquier posible virus queda neutralizado por destrucción. Sobre el resto de licores de mercado, no existen estudios al respecto ni valoración con documentación histórica por ser actualmente fabricados con aditivos sintéticos de laboratorio y para fin exclusivo de emborrachar a los jóvenes durante los días de fiesta sin disfrutar tranquilamente del placer de los sentidos, pero es evidente que un chupito de SEGARRA al año no hace daño, aunque siempre es costumbre más sana, tomar alguno a la semana y recuerde, siempre será usted quien decida practicar el segarranismo sin consejos externos y/o influencias televisivas.
Desafortunadamente para el elector, no soy farmacéutico y como no se me consulta, tampoco le aconsejaré tomar una medicina de las que fabrican los laboratorios de las grandes multinacionales farmacéuticas y que se venden en los establecimientos comerciales con el anagrama en su fachada de una copa con una serpiente enrollada depositando en su interior sabrosas chocolatinas de ofidio escupidas por su boca.
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