Juan Bautista Folía Prades

Por Julián Segarra Ortí

   Resguardado del viento por la colina de Les Pereres y frente al Mar Mediterráneo en el norte de la provincia de Castellón con muy buena climatología, se halla el pueblo de San Jorge en la provincia de Castellón, en el que mi padre Julián Segarra Ferreres tenía algunos clientes que adquirían sus licores y a los que regularmente visitaba para darles servicio.

   Corría la década de 1930 cuando en una ocasión andando por la acera, observó en la entrada de una casa que tenía las puertas abiertas de par en par para que corriese el fresco, a un escultor ensimismado en su trabajo y se detuvo un momento para presenciar su obra al llamarle la atención por haber aprendido de joven el oficio de herrero en el vecino pueblo de Cervera del Maestre en la herrería de Juan José Chillida Ferrer el de "@Vigatà".

   Dado que coincidía en alguna de sus visitas con el personaje, hizo amistad con don Juan Bautista Folía Prades que apartado de su actividad artística, en lugar de permanecer ocioso, se entretenía con sus manualidades en su casa.

   Un día el Sr. Juan Bautista le propuso a mi padre, hacer un almanaque para los clientes de su destilería y mi padre aceptó, preparándole un boceto en el que según referencias de mi madre Vicenta Ortí Ferreres era el busto de mi padre con dos mujeres una a cada lado y al serle mostrado para dar el visto bueno, mi madre objetó que su marido con dos mujeres le parecía excesivo, no obstante, si se enteraba que mi padre tenía una amante, le regalaría un barril de Crema de Café SEGARRA para que le cuidara bien a su esposo pero, el boceto presentado no le convencía, máxime siendo de escayola, proponiéndole hacer otra cosa con tierra cocida en el vecino pueblo de Traiguera.

   Puesto que en los almanaques que entregaba anualmente a sus Clientes tenían la costumbre de presentar láminas de motivos valencianos propios de nuestra tierra, el Sr. Juan Bautista cambió la triple escultura de mi padre acompañado, por la de una mujer valenciana que invitaba a una degustación de su anís dulce destilado de la semilla de matalahuga, del que fabricaban en su destilería y envasaban en su original botella de molde propio simulando la bandera de Aragón por ser la de nuestra tierra y aceptado el nuevo motivo publicitario con la aprobación de mi madre, todos los días, el Sr. Juan Bautista se desplazaba en bicicleta de San Jorge a Traiguera y regresaba mientras preparaba sus calendarios antes de cocerlos hasta que iniciada la guerra civil de 1936 y al pasar por el Pou de Les Serretes presenciaba las atrocidades que allí ocurrían, decidió suspender su trabajo y entregarle los almanaques que ya tenía terminados.

   Iniciada la Guerra Civil, mis padres repartieron las esculturas fabricadas entre algunos de sus clientes sin añadirles el mensual y sus nietos, me consta que aún las conservan porque las he visto colgadas en la pared de algunas casas.

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