ALOE VERA
por María Asunción Segarra Esbrí
Historia.-
Por su amplio aspecto medicinal, el aloe vera ha sido utilizado tradicionalmente desde tiempos inmemoriales a lo largo de la historia de la humanidad hasta nuestros días, tanto en el tratamiento de enfermedades, como empleado en el cuidado de la piel y el cabello.
La Biblia menciona a menudo el aloe, en el siglo I, Dioscrides escribió extensamente en su herbario griego al aloe, así como sus virtudes medicinales y cosméticas. Alejandro Magno, conquistó la isla Socotora, al sur de Arabia, porque en ella había gran cantidad de aloes que servirían para la curación de heridas y enfermedades de sus soldados durante las campañas.
Los chinos fueron los primeros en usar aloe. En el antiguo Egipto era comúnmente utilizado y considerado como la planta de la inmortalidad, incluyéndolo entre los regalos funerarios que enterraban con los faraones. Cleopatra usaba el aloe como esencial ingrediente en sus cuidados diarios.
Documentos históricos de los romanos, griegos, hindúes, árabes y otros pueblos del cinturón cálido de la tierra, comentan las virtudes de su empleo para uso medicinal y cosmético, no en balde los franciscanos españoles llevaron el aloe al continente americano.
En España, a lo largo de la ribera del Mediterráneo, el aloe era el elemento esencial de la medicina popular, hasta que el empleo generalizado de la farmacopea moderna, lo relegó al olvido junto con la mayoría de las plantas medicinales. Todavía existen personas ancianas que cuentan como sus padres lo cultivaban para aprovechar sus virtudes medicinales. Se sabe que los aloes de España proceden del continente africano.
Si bien es cierto que ha conservado su uso casero a través de las generaciones y de las culturas de los pueblos, hasta que no finalizó la II Guerra Mundial, no se redescubrió el poder terapéutico del aloe, al comprobar que los habitantes de Hiroshima y Nagasaki que sufrieron quemaduras causadas por las explosiones atómicas, después de haberse tratado con aloe, se curaban más rápidamente y en muchos casos sin señales ni cicatrices.
Actualmente sus propiedades han sido comprobadas científicamente y los científicos se interesan cada vez más por sus aplicaciones médicas.
Descripción.-
El aloe vera, en castellano: también pita, sábila o zábila, en gallego: herba babosa; en catalán: atzabara; en euskera: belarrminztza, se trata de una planta perenne originaria del norte y del sur de África, cultivada también en muchos países tropicales y subtropicales, en abundancia en Canarias, Madagascar y algunos lugares de Asia y América. Hay más de doscientas especies de aloe y en el litoral español crecen de forma salvaje diversas especies de este género, pero no todas tienen propiedades medicinales.
Pertenece a la familia de las liliáceas, como los ajos y las cebollas, al igual que otros muchos aloes comunes en jardinería: aloe saponaria, aloe arborecen, aloe estriata, etc.
Tiene el aspecto de una pita pequeña (cuando es adulta, tiene unos 60 - 70 cm.) de color verde claro, cuando está en sitios sombreados; tirando a marrón cuando tiene mucho sol y poco agua. Los hijos suelen tener manchitas blancas cuando son pequeños, las cuales, le van desapareciendo al ir creciendo. En primavera, cuando la planta tiene 2 ó 3 años, le crece un vástago con uno o varios extremos de donde penden flores amarillas, anaranjadas o rojas.
Las hojas de las cuales de aprovecha la savia, son carnosa, cuando realizamos un corte en la hoja, en mayor o menor cantidad, observamos que segrega un líquido acuoso de color amarillo u oscuro, entre la pulpa y la piel de olor fuerte y sabor amargo; es el acíbar, un elemento que antiguamente se usaba en la elaboración de fórmulas magistrales, se obtiene dejando fluir el líquido que brota de las hojas cortadas transversalmente, permitiendo se concentre y se vaya espesando calentándolo por el sol o a fuego suave. Se ha de llevar cuidado en el manejo de las hojas con acíbar, pues las manchas en la ropa son de difícil erradicación.
La composición del acíbar varía según el aloe del que procede, la época de recolección y el método de elaboración.
El acíbar tiene acción purgante parecida al sen, el ruibarbo, la frágula, etc. cuando las dosis son lo suficiente elevadas, 0,20 g. A dosis menores tiene propiedades estomacales y aperitivas. Como purgante de acción rápida, que actúa sobre el intestino grueso, se utiliza en preparados junto con otras plantas medicinales, en forma de gotas, píldoras, grageas, tabletas, supositorios, tinturas, extractos, etc.
Composición y propiedades.-
Entre las substancias que se pueden encontrar en la composición de esta planta destacamos las siguientes: agua, resina, aminoácidos (fenilalanina, lisina, histidina, arginina, ácido aspártico, treonina, serina, ácido glutámico, triptófano, tirosina, leucina, isoleucina, metionina, valina, alanita, glicina, aspargina y glutanina), encimas (tirosina, amilasa, oxidasa, RNA, triglicéridos, esteroles, mucílagos, aloína y saporinas), proteínas, vitaminas: B12, B4, B5, B, A y C; oligoelementos (sulfuros, magnesio, germanio, manganeso, calcio, potasio, sodio, aluminio, hierro, zinc, cobre, plata, cromo, fósforo). Filtro depurativo del organismo, elimina los venenos y desechos de las células, reestructura y revitaliza la médula ósea, reactiva el sistema inmunitario y estimula la producción de endorfinas para calmar el dolor.
El germanio, es un componente muy especial, que se halla en grandes cantidades en todas aquellas plantas consideradas milagrosas por sus beneficios y efectos para la salud.
El doctor Asai, descubrió que el Gingseng, las setas shitake y el aloe, contenían fuertes proporciones de germanio. También demostró que el germanio, es de una importancia capital para la propia vida de las plantas, debido a su papel catalizador. Es comparable al de la clorofila.
Las propiedades del aloe vera son antinflamatória, emoliente, inmunomoduladora, hidratante, cicatrizante, antiulcerosa, regeneradora de los tejidos y del colágeno de la piel, nutritiva, inhibidora del dolor, bactericida, digestiva, fungicida, depurativa regeneradora celular, antibiótica, energizante, antiséptico, coagulante, antiviral, desintoxicante lo que explica su uso cosmético.
Está indicado en: quemaduras (fortuitas, solares, radiaciones químicas, congelación, etc.). Alteraciones de la piel; eczemas, psoriasis, acné, manchas, grietas, estrías, etc. Picaduras de insectos, ojeras, dolores reumáticos; artritis, artrosis, osteoporosis, etc. en pieles sensibles, delicadas, irritadas después del afeitado y depilación, alergias y todo tipo de cuidado facial y corporal. Para el tratamiento de pies de atleta, hongos, etc.
Propiedades esotéricas del aloe vera.-
El aloe vera es una planta de gran poder. La NASA, la ha escogido entre otras como planta que absorbe el 90% de la toxicidad que producen materiales como el PVC, fibra de vidrio, barnices, pinturas, etc., así como también las radiaciones que emiten los ordenadores, televisión y demás aparatos electrónicos.
En muchos lugares, se trataba como un ser guardián y portadora de la buena suerte, pues protege los hogares y los negocios de quienes la cuidan. Se recomienda tener siempre una planta de aloe en el lugar social de la casa. En Sudamérica, México y América Central, está muy extendido su uso en este sentido, colocándola en el camino de acceso a la casa o junto a la puerta de entrada, para detectar y absorber la energía extraña o negativa de los lugares que habita. Se puede poner a la planta un lazo rojo cuando se invoca amor o un lazo verde cuando se invoca suerte. También se cuelga de la raíz detrás de la puerta a la entrada de las viviendas para protegerlas. Es muy frecuente su uso en rituales chamánicos por su poder energético. Está comparada con el poder del diamante en el mundo mineral. En sentido místico, se le atribuye el poder de purificar el alma.
Uso.-
Se deben podar las hojas más bajas, exteriores y cercanas a la tierra, son las más viejas y es donde tienen concentradas sus propiedades curativas. La herida que se produce al cortar la hoja, se cierra por sí sola no alterando el crecimiento de la planta.
Corta el trozo que necesites o la hoja entera, quita los bordes espinosos de la hoja; si es para uso interno, separa la piel e ingiere la pulpa, chúpala, paséala por toda la boca, mastícala hasta convertirla en líquido antes de tragarla. Si es para uso externo, quítale los bordes espinosos, abre el trozo por la mitad y aplícalo tanto si es para frotarse con él como para usarlo a modo de cataplasma; también puedes calentar la hoja poniéndola cerca de una fuente de calor, antes de usarla.
Si tienes alguna dificultad para ingerir la pulpa por su posible sabor amargo a causa del acíbar o líquido amarillo, lava el trozo cuidadosamente después de pelarlo. Si se experimenta una sensación de baba en la boca al chuparla, a causa de su textura gelatinosa, aconsejamos aguantarla, pues dura un par de minutos y absorberla en toda su riqueza. Si se tiene dificultad extrema, se pasa la pulpa por una batidora y podemos tomarla mezclada con algún zumo de fruta.
No es recomendable usar el aloe para uso interno durante el embarazo.
Siendo el aloe astringente se recomienda en su aplicación externa, excepto en casos donde la piel tiene exceso de grasa, alternar el uso de la planta con algún aceite o crema hidratante.
Recuerda que la constancia es fundamental para obtener buenos resultados. En tratamientos largos por vía interna (osteoporosis, psoriasis, diabetes, etc.) es conveniente después de cada mes de ingerir la pulpa del aloe descansar una semana para que el organismo asimile los efectos.
Mantenimiento y cultivo.-
El aloe vera tiene dos enemigos naturales, el exceso de agua y el frío por debajo de los 0ºC, por lo demás es muy resistente a las plagas y a la sequía.
La planta de aloe, crece en terrenos arenosos o pedregosos y tiene que estar en un lugar soleado y cálido resguardado del frío en invierno, en lugares con mucha claridad también crece bien. Para su cultivo, si es en maceta, es mejor utilizar las de barro que las de plástico. Mezclaremos tierra de huerto (sin productos químicos, especialmente cuando se pretende usar internamente) con turba a partes iguales y en el fondo pondremos tres centímetros de grava para que la planta tenga un buen drenaje. Cubriremos la planta hasta el nacimiento de las hojas y esperaremos una o dos semanas para regarla, hasta que cicatricen las posibles heridas de la raíz que se hayan podido hacer al trasplantarla. Nos aseguraremos que la tierra está seca antes de volverla a regar. El riego no debe ser excesivo, ya que es una planta muy resistente.
El aloe se reproduce por hijos que salen alrededor de él. Cuando tienen un tamaño de 4 ó 5 cm. de altura, los separaremos de la planta adulta y los plantaremos en una maceta a parte. La mejor época para el trasplante es en primavera y en otoño, nunca en invierno. Para hacerlo, podemos hurgar en la tierra con los dedos (nunca con un cuchillo u objeto cortante) hasta llegar a donde está unido a la madre y lo separaremos, o bien sacaremos la planta de la maceta con toda su tierra, se la quitaremos y separaremos el hijo o hijos, con precisión y con toda su raíz. En ese momento, aprovecharemos para recortarle a la madre las raíces, si las tiene muy largas y para enriquecer la tierra o cambiarla si ya lleva mucho tiempo con la misma, añadiendo un poco de abono natural (estiércol, mantillo, turba).
Hay que recordar que una vez plantada, no la regaremos en una o dos semanas. Los hijos los tendremos sin plantar cuatro o cinco días, cerca de la madre no expuestos al sol, para que cicatricen sus heridas de la raíz y después los plantaremos en macetas individuales.
Puesto que existen muchas clases de aloe distintos, para evitar que tu planta de aloe se polinice con las flores de otros aloes u otras plantas y se haga una planta híbrida, asegúrate de que no hay otros aloes cerca, recuerda que el viento y los insectos son unos agentes polinizadores muy activos. Si no tienes seguridad de que esto pueda suceder, corta el vástago de la flor a media altura, por debajo de donde acaban las flores, antes de que se abran; el resto del vástago, cuando se seque, lo separaremos fácilmente.
Todas las plantas de aloe tienen propiedades curativas, sobretodo las adultas, de tres años aproximadamente, a partir de que hayan florecido.
Si la cultivamos en el suelo y sembramos varias plantas, debe dejarse una distancia de dos metros entre planta y planta, ya que desarrolla grandes raíces y se enredarían unas con otras, quitándose también los recursos naturales del suelo y se ahogarían entre sí,
En condiciones optimas de riego y temperatura, se pueden sacar hasta dos cosechas al año, una en febrero-marzo y una segunda en septiembre-octubre, dejando una duración de seis meses entre corte y corte.
El aloe vera en la belleza.-
El aloe es un ingrediente importante en muchos productos de belleza ya que penetra en las tres capas de la piel; la epidermis, la dermis y la hipodermis y expulsa las bacterias y los depósitos de grasa que tapan los poros. Al penetrar, la acción de los nutrientes naturales, los minerales, las vitaminas, los aminoácidos y las encimas, estimulan la producción de células nuevas, al ser un poderoso regenerador celular, cicatrizante y tonificador de alta penetración en la piel.
Usado con regularidad evita las arrugas prematuras y retarda las propias de la edad. Reduce el tamaño de los poros abiertos, pudiendo usar aloe debajo del maquillaje.
Como el aloe de por sì es astringente, se debe combinar con alguna crema hidratante, mejor si esta lleva aloe entre sus ingredientes.
Es un excelente filtro solar de los rayos ultravioleta y elimina también las manchas causadas por el sol usándolo periódicamente durante un tiempo prolongado. Es muy importante proteger la cara y el dorso de las manos a exposiciones solares prolongadas; para evitar la aparición de manchas marrones, siendo un buen remedio, sobretodo en verano.
El aloe es excelente usado después del afeitado, pues rápidamente regenera muchas de las células que la cuchilla ha roto durante el proceso, notándose un gran alivio. Igualmente usado después de la depilación, evita rojeces, erupciones y granos, cerrando rápidamente los poros dilatados. También es muy efectivo en la prevención o eliminación de pequeñas estrías.
Cuidado del cuero cabelludo.-
El jugo directo del aloe se usa para el pelo como champú, fijador y acondicionador con excelentes resultados tanto para el pelo como para el cuero cabelludo.
Para usarlo como champú se coge un trozo de hoja, se le quitan los bordes espinosos, se abre por la mitad y se frota bien el cabello y el cuero cabelludo, dejándolo un tiempo o toda la noche, en unos minutos secará y al día siguiente se aclara con agua. El aloe le dará fuerza brillo y protección.
En enfermedades del cuero cabelludo, descamación , psoriasis, erupciones, grasa o caspa, se trata directamente con el jugo.
Higiene bucal.-
Chupando un trozo de pulpa de aloe con constancia, es un gran remedio para las encías sangrantes y la gingivitis; alivia los dolores de muelas, al igual que manteniendo un trozo de aloe junto a los flemones, rebaja su inflamación, previene la caries y protege los dientes de los elementos abrasivos que desgastan con el tiempo el esmalte. El alfa, es una inflamación que afecta a las membranas de la boca a niños y jóvenes especialmente; siendo tan doloroso que interfiere en la alimentación.
Recomendamos que después de tener la pulpa un rato en la boca, se mastique muy bien y se trague para que siga beneficiando a la garganta y al estómago. Repetir varias veces al día para flemones, dolor de muelas y alfas.
Para el herpes labial aplicar frecuentemente asegurándose de no usar el jugo amarillo o acíbar, ya que este es cáustico; para eliminarlo lavar el trozo de aloe bajo el agua, frotándolo bien con los dedos.
Alergias y asma.-
Raramente se dan casos de alergia al aloe. Se puede realizar una rápida prueba frotando un trocito de aloe en la parte interna del brazo, si en unos minutos aparece rojez o picor, no usar el aloe. Para los que tienen diversas reacciones alérgicas, la aplicación de aloe reduce o elimina el efecto de las otras reacciones.
Un remedio para el asma, es hervir unos trozos de hojas de aloe en una olla y respirar el vapor. Untarse las fosas nasales con un poquito de jugo e inspirarlo, reduce las molestias.
Quemaduras y escaldaduras.-
El aloe es excelente como tratamiento en primeros auxilios. Detiene el dolor y reduce la posibilidad de infección y de cicatrices, mientras que agiliza el proceso curativo. Además, debido a que es absorbido rápidamente, no entorpece cualquier tratamiento médico posterior.
Desde la antigüedad se usa el jugo calmante del aloe como alivio incluso en quemaduras severas, aplicando continuamente trozos de pulpa con su corteza en la herida, evita la posibilidad de infección, regenerando las células dañadas con muy poco o ningún dolor y minimiza las cicatrices.
Para evitar quemaduras de sol se recomienda aplicar aloe en la piel antes de iniciar la sesión, ya que es un gran protector contra los rayos ultravioleta. Para el tratamiento de las quemaduras de sol leves, se cubre la piel enrojecida con jugo de aloe obtenido directamente de la hoja repitiendo a menudo; sintiendo alivio inmediato en toda la zona dañada.
En las fuertes quemaduras de sol, el vendaje con la hoja en las áreas afectadas, reduce las complicaciones, porque las células quemadas calientan y queman más células. Aplicar lo antes posible.
Cortes y heridas.-
El aloe, desde siempre, ha sido efectivo en la curación de heridas y la reducción de cicatrices. Es un remedio usado en muchas partes del mundo,
Limpiar la herida, aplicar pulpa con corteza, cubriéndola y sujetándola con una venda.
Para la reducción y posible eliminación de cicatrices, aplicar jugo o pulpa de aloe mañana y noche, durante mucho tiempo ya que el efecto no es rápido. A veces, son necesarios varios meses, incluso años.
Hemorroides.-
El aloe, al ser ligeramente laxante, se puede emplear de dos maneras complementarias: ingiriendo un trozo de pulpa por las mañanas y además introduciendo un trozo en el recto, especialmente después de evacuar. Si las almorranas son exteriores, colocar un trozo de la hoja abierta, cubriendo la zona afectada. Mantener el tratamiento con constancia hasta después de la total eliminación de las mismas.
Varices.-
Las venas varicosas suelen ser muy dolorosas. La aplicación externa de jugo en el área afectada, da excelentes resultados.
Cáncer de piel.-
Aplicar jugo de aloe de 2 a 4 veces al día, durante el tiempo necesario, hasta la eliminación total. Se constante.
Arañazos y rasguños.-
Aplicar el corte de una hoja deslizándola por el área con frecuencia durante las primeras 24 horas, disminuye el dolor y cicatriza rápidamente este tipo de heridas.
Picaduras de insectos, medusas, ortigas, etc.-
Cuando te haya picado un mosquito, abeja, hormiga, avispa u otro insecto, aplica lo antes posible un tozo de pulpa sobre la picadura. Sentirás una reducción del dolor, poca o ninguna hinchazón y una rápida recuperación.
Acné.-
El acné es causado por una profunda infección en poros tapados de grasa. Esto ocurre generalmente en la adolescencia porque la piel está atravesando un proceso de cambio.
Para tratar el acné con aloe, la piel deberá limpiarse por la mañana y por la noche. Los jabones ordinarios son demasiado ásperos y causan reacciones. No uses cremas grasas para la piel, un exceso de aceites es a menudo uno de los problemas.
Aplicar aloe contrarresta la infección, regenerando los tejidos de las capas internas hacia las externas. También absorbe el exceso de grasa. Corta un trocito de la hoja y aplica su jugo directamente sobre la piel varias veces al día. Debido a que el aloe estimula las capas profundas de la piel, el acné puede ponerse peor por unos días antes de mejorar, así pues, sé paciente.
Los barros y otros granos, cuando se tratan con aloe, se acelera la curación y se elimina la posibilidad de cicatrices. Si colocas un trocito de hoja a modo de cataplasma sobre un grano, éste absorbe la grasa, por lo que acelera su desaparición.
El aloe es efectivo en reducir gradualmente las cicatrices viejas del acné si se usa con regularidad.
Aplícate aloe mañana y noche con constancia todo el tiempo que sea necesario (varios meses) para conseguir un cutis mejorado.
El aloe no sólo ayuda a reducir cicatrices sino también te dará salud y color a la piel.
Recomendamos para que el tratamiento sea más efectivo, comer todas las mañanas, en ayunas, un trocito de pulpa, siempre que el aloe sea de cultivo biológico y cuidar tu dieta.
Psoriasis y erupciones eccematosas.-
La psoriasis es una afección psicosomática debido a una forma poco natural de vida y a una sensibilidad especial en ciertas personas.
Para el tratamiento de la psoriasis se ha de ingerir dos trozos de pulpa de aloe a diario, 2 cm. aproximadamente y de cultivo biológico, en ayunas. Dos veces al día aplicar su jugo sobre las zonas afectadas. El cuidado también requiere el uso de aceite de oliva prensado en frío para que la piel siempre esté hidratada.
El aloe tiene una acción similar a los esteroides como la cortisona, pero sin los efectos nocivos de ella.
Recomendamos ser perseverante en el uso del aloe. También recordar lo importante que es respirar conscientemente.
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