D E S T I L E R I A S

JULIAN   SEGARRA

CHERT

ANIS    RON    GINEBRA    LICORES    ABSENTA    BRANDY

  

Las propuestas de pedido a Destilerías JULIAN SEGARRA de Chert.-

       Con las continuas y cambiantes reglamentaciones tanto genéricas como específicas que regulan también la presentación de las bebidas derivadas de alcoholes naturales, el aumento de la fiscalidad, el gradual deterioro de los procesos de elaboración para conseguir saturar el mercado con productos más económicos sin importar en lo más mínimo sus cualidades y la prohibición de su publicidad en los medios de comunicación por ser las culpables causantes de todos lo males de la humanidad, es imposible ofrecer licores sin esperar ser condenado al fuego eterno en propia vida. Por otro lado, los protocolos de las directrices europeas redactadas conforme a criterios de los Elegidos sin conocimientos mínimos imprescindibles para entender y cumplir con sus legislaciones impuestas por la sinrazón y con justicia ser defendidas, junto con otros gobiernos nacionales, autonómicos y locales con nulos conocimientos de las ordenanzas que redactan y regulan en sus cámaras de representación parlamentaria, era muy difícil mantener un negocio con todos los departamentos operativos a diario, desarrollando todas las actividades previstas en principio para varias personas, aunque realmente sea por una sola y único operador, por consiguiente, se imponía el deber de compaginar todos y cada uno de los negociados intrínsecos propios de una supuesta actividad económica convertida en gestora administrativa.

       De esta forma tan democrática, por no llamar folclórica, cuando algún Cliente esperaba recibir mi visita personal para que le salude en su negocio según tradicional costumbre familiar, descargar en mi persona sus penas, aunque atendidas siempre con el objetivo escondido de ser favorecido con la compra de alguno de mis elaborados y a la vista del nulo negocio o mínimo imprescindible para mantener económicamente el siempre honroso desplazamiento interurbano en la condición de representante del comercio, no es de extrañar que con el cambio de siglo y a la vez de milenio, la incorporación de las actuales modernas tecnologías y la transformación acaecida en los hábitos de las personas, mis visitas comerciales en mi época de actividad económica se realizaban vía satélite por rebote lunar y aprovechando los días de luna llena.

       Hacía varios años observaba que los buscadores de la red de internet registraban el interés generalizado por el precio de mis elaborados destilados pero casi todos los interesados, permanecen escondidos tras la mata porque realmente, nadie estaba interesado en su adquisición; sino más bien en el morbo de conocer el precio y hacerme una aproximación envidiosa supuesta valoración de ingresos, olvidándose de los gastos necesarios para mantener una infraestructura comercial y los impuestos fiscales recaudados e ingresados en las Arcas del Tesoro Público; en ocasiones, alguna valiente y arrojada persona, preguntaba por correo electrónico, pero solo con la presunción del saber enmascarado con la imaginaria intención de compra, en otras ocasiones, el supuesto disfrazado cliente en cuestión, ya sabe que no comercializo nada y no me pasa pedido directamente, porque pretende pillarme irregularmente en mi incomprensible permanencia en la red de internet, pero se debe entender que para mi, me era imposible pasar a saludar a todos los propietarios de todos los establecimientos comerciales que existen en el mundo y regalar mis atenciones y parabienes, además, a los posibles consumidores, porque afortunadamente, nací con una vida demasiado corta para alcanzar tal objetivo.

       Durante varias generaciones de destiladores, las salidas de fábrica se acompañaban de un documento llamado guía de circulación, cortado de la matriz y en algunos casos, con el añadido de un duplicado como se usaba en el transporte por ferrocarril y de la reglamentaria factura. Toda esta documentación a entregar al Cliente en compañía de la mercancía adquirida, era costumbre familiar introducirla en un sobre en el que en el anverso figuraba impreso Destilerías Julián Segarra Chert y en la solapa del reverso se escribía en origen el nombre del destinatario. Cuando un Cliente deseaba pasar pedido a mi padre, podía usar el sobre colocando dentro una etiqueta del producto que precisaba adquirir o redactar un sencillo texto y lo entregaba al Servicio de Correos que en unos días, lo recibíamos en la destilería de Chert para que en la siguiente salida de ruta de reparto, el Cliente dispusiese del servicio en el domicilio de su propio establecimiento.

Sellos.

       Con toda esta correspondencia epistolar, mi abuela Vicenta me animó a reunir los sellos de los sobres en una libreta a modo de colección. pero en aquella época de mi infancia, el que más abundaba era el de Franco de color rojo de una peseta, no obstante, mi tío José Calvo Gallego, me consiguió otro verdaderamente de colección que lleva impreso F.N.M.T.-B.

       Posteriormente la correspondencia del Servicio de Correos se fue perdiendo progresivamente con la llegada del teléfono de pilas, micrófono de carbón, auricular de alta impedancia y magneto para la llamada y las mejoras posteriores de los terminales telefónicos, primero de rueda y luego de teclado, hasta que con la llegada en España del correo electrónico entorno a 1996, la correspondencia epistolar se recuperó, teniendo el inconveniente de delatar, con las faltas ortográficas, el bajo nivel académico del escribiente.

       En la actualidad, muchas personas me llaman por teléfono en la confianza de hablar conmigo o con una supuesta recepcionista telefónica y comprueban que incomprensiblemente, no atiendo el invento porque cuando estaba ausente, me era imposible contestar a sus llamadas por tener el servicio cortado y por otro lado, el coincidir con mi presencia, es muy difícil por no decir imposible, máxime cuando debo atender el resto de las obligaciones propias, la gestión administrativa y además, aprovecho mi tiempo para atender requerimientos y notificaciones en lugar de tomar el Sol que impiden visitar a nuevos posibles Clientes.

       Para poder disfrutar de los exquisitos licores que se elaboraban en la destilería de Julián Segarra de Chert en las tierras del Maestrazgo en España solo tiene el lector la opción de redactar un correo, tanto postal, como electrónico y enviarlo preguntando por sus inquietudes para que satisfactoriamente le atienda, porque cuando se trata de atender, atiendo a todas las personas, teniendo en cuanta que atender no es sinónimo de vender.


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